
Resumen
- El profundo miedo a la muerte de Muzan, arraigado en sus experiencias infantiles, lo obliga a ocultar su verdadera naturaleza entre los humanos.
- Mediante el uso de disfraces, telepatía y maldiciones, Muzan manipula a los demonios para evitar la confrontación directa.
- Los métodos que emplea para mantener el control sobre sus demonios exponen su inseguridad subyacente y su miedo a la vulnerabilidad.
Kibutsuji Muzan, el famoso antagonista de la aclamada serie Demon Slayer, ejemplifica la cobardía a pesar de ser uno de los demonios más poderosos. Como progenitor de los demonios, a menudo delega tareas a sus secuaces y se esconde en las sombras en lugar de enfrentarse directamente a los adversarios.
A diferencia de muchos otros líderes que podrían participar en batallas, el miedo profundo de Muzan a la mortalidad lo impulsa a evitar el peligro a toda costa. Sus experiencias traumáticas de la infancia lo han llevado a una vida de traición y engaño, donde se esconde entre los humanos bajo diversas apariencias. Después de un encuentro que le cambió la vida con Tsugikuni Yoriichi, optó por quedarse en las sombras, empleando métodos estratégicos para ocultar su cobardía. La pregunta sigue siendo: ¿qué tácticas usa para protegerse?
La personalidad de Muzan en su núcleo
Egoísta hasta la médula: Muzan antepone sus necesidades a las de los demás


En su primera aparición durante el arco de Asakusa, Muzan no es retratado como un villano al acecho, sino como un hombre aparentemente común que se integra a la sociedad con su esposa e hija. Su habilidad para camuflarse entre los humanos habla de su experiencia en el disfraz, lo que le permite pasar desapercibido en un mundo que no está familiarizado con la existencia de los demonios.
Muzan personifica a un perfeccionista que usa el miedo como herramienta de intimidación sobre sus seguidores. Sin embargo, su inseguridad es muy grande, especialmente en lo que respecta a su apariencia. Su tez pálida, que a menudo se confunde con una enfermedad, incita a la ira cuando se le habla, mostrando un ego frágil escondido debajo de la fachada de la criatura perfecta que se esfuerza por retratar. Su apodo autoasignado de «criatura perfecta» contrasta marcadamente con su cobardía inherente, ya que busca continuamente refugio entre los humanos mientras usa a los demonios como escudos contra los enfrentamientos con el Cuerpo de Cazadores de Demonios.
El tumultuoso viaje de Muzan comenzó incluso antes de nacer, cuando enfrentó desafíos que amenazaban su vida dentro del vientre de su madre. Sobrevivir a tal adversidad solo aumentó su deseo de vivir, dando forma a sus motivos y temores. Incluso en su forma demoníaca, lidia con el espectro inquietante de la mortalidad, en particular su vulnerabilidad a la luz del sol, una realidad que subraya el miedo que acecha en su interior.
Cómo se revela la cobardía de Muzan
Utilizando varios métodos: Muzan se protege del Cuerpo

La cobardía de Muzan se hace evidente de numerosas maneras a lo largo de la serie. Antes de su encuentro con Tsugikuni Yoriichi, exudaba confianza y autoridad, apareciendo a menudo junto a su subordinado Tamayo. Sin embargo, la revelación del poder de Yoriichi y su dominio de la Respiración Solar cambiaron drásticamente la percepción de Muzan. Después de esta fatídica batalla, optó por retirarse al anonimato, aterrorizado de enfrentar una posible derrota.
Sus adaptaciones para mantener el anonimato incluyen dominar el arte del disfraz, lo que le permite aparecer en varias formas, sobre todo como hombre, pero también como mujer. Cuando mostró su forma femenina a los demonios de la Luna Inferior en el Capítulo 51, sorprendió a muchos, ofreciendo un vistazo a su compleja identidad.
A pesar del considerable poder que ostenta como progenitor de los demonios, la dependencia de Muzan de los demás ilustra su naturaleza cobarde. Emplea una maldición letal que disminuye instantáneamente a cualquier demonio que pronuncie su nombre, lo que reafirma aún más su necesidad de control. Esta manipulación fomenta una cultura del miedo en la que los demonios se refieren a él como «Señor» o «Maestro», lo que infla su ego ya frágil.
- Muzan ha establecido el Castillo Infinito, un Arte Demonio de Sangre creado por Nakime, que sirve como una guarida oculta más allá del alcance de los Cazadores de Demonios.
- Emplea estratégicamente la telepatía para monitorear y ordenar a sus demonios a distancia.
- Al orquestar sus órdenes a través de secuaces, evita entrar directamente en combate.
Incluso en sus brutales tratos con sus demonios, no duda en eliminarlos cuando ya no le sirven, lo que refleja su incapacidad para confiar en quienes lo rodean. Muzan utiliza regularmente la telepatía para vigilar a sus seguidores y castiga rápidamente la insubordinación revocando sus habilidades demoníacas, sofocando así la disidencia y asegurando la lealtad. Esto ilustra aún más su profunda inseguridad y falta de fe en sus subordinados, que anteriormente habían desertado de las filas del Cuerpo de Cazadores de Demonios.
En definitiva, la narrativa de Muzan es la historia de un hombre consumido por el miedo y la inseguridad. En lugar de enfrentarse al peligro, permanece en las sombras, confiando en sus creaciones demoníacas para navegar por el mundo. Sus intentos de eliminar al Cuerpo de Cazadores de Demonios se centran en encontrar el Lirio Araña Azul, una tarea que ha perseguido durante muchos años. Sin embargo, al descubrir la capacidad de Nezuko de caminar bajo la luz del sol sin sufrir daño, su cobardía comienza a disminuir mientras intenta recuperarla.
Ahora puedes transmitir Demon Slayer en Crunchyroll.
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