Como todos saben, Andrew Huberman es un distinguido neurocientífico y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. Es conocido por su extensa investigación sobre el desarrollo del cerebro, la plasticidad del cerebro y la regeneración y reparación neuronal.
Andrew ha realizado importantes contribuciones a la comprensión de cómo el cerebro procesa la información visual y los mecanismos subyacentes a las respuestas visuales e inducidas por el miedo. También es conocido por su trabajo sobre la influencia de la luz y los estímulos visuales en los estados mentales y la salud neuronal.
En la búsqueda en constante evolución de una salud y un bienestar óptimos, la rutina nocturna de las personas, especialmente las de la comunidad científica, suscita un gran interés. Andrew Huberman compartió su rutina nocturna completa en una entrevista reciente en The Knowledge Project Podcast.
La opinión de Andrew Huberman sobre las opciones dietéticas y su impacto en el sueño
La velada de Andrew comienza con un acercamiento consciente a su cena, normalmente entre las 6:30 y las 7:00 p.m. A diferencia de las comidas diurnas, que son bajas en carbohidratos para mantener el estado de alerta, la cena es rica en carbohidratos.
El cambio es intencional, ya que se sabe que los carbohidratos disminuyen los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que ayuda a la relajación y la preparación para dormir. Los alimentos reconfortantes, a menudo ricos en carbohidratos, estimulan una vía que involucra al aminoácido triptófano, que se convierte en serotonina, bloqueando efectivamente la respuesta del cortisol.
Esta comprensión subraya la preferencia de Andrew por la pasta, el arroz y las sopas por las noches, combinados con fuentes limpias de proteína animal.
Después de la cena, la velada de Andrew carece de tiempo excesivo frente a la pantalla. En cambio, se trata de participar en actividades relajantes como leer, escuchar música o mantener una conversación ligera. Esta evitación de actividades estimulantes se alinea con su objetivo de hacer que su cuerpo y su mente pasen a un estado de quietud, preparándose para un sueño reparador.
Medio ambiente, suplementos e higiene del sueño
A medida que avanza la noche, alrededor de las 8:00 o 9:00 p.m., Andrew Huberman comienza a atenuar las luces de su casa. Esta práctica es crucial, ya que se alinea con los ritmos circadianos naturales del cuerpo, lo que indica que es hora de relajarse. La atenuación de las luces ayuda a la producción natural de melatonina , la hormona encargada de regular el sueño .
La suplementación juega un papel vital en la rutina de Andrew. Enfatiza que, si bien los suplementos son beneficiosos, no deberían reemplazar las prácticas conductuales fundamentales para dormir. Entre los suplementos que considera eficaces se encuentran el treonato o bisglicinato de magnesio, tomados en dosis de 100 a 200 miligramos.
Estos suplementos ayudan a profundizar la calidad del sueño . Otro suplemento clave es la Apigenina, un derivado de la manzanilla, con una dosis recomendada de 50 miligramos.
Por último, la teanina, en dosis de 100 a 400 miligramos, ayuda a liberar GABA, un neurotransmisor que calma el cerebro. Sin embargo, las personas propensas a sufrir terrores nocturnos o sonambulismo deben evitarlo.
Andrew Huberman también practica técnicas de descanso profundo sin dormir (NSDR), que considera excepcionalmente beneficiosas. Estas prácticas se pueden realizar en cualquier momento, especialmente cuando uno siente que no ha dormido lo suficiente. NSDR ayuda a calmar la mente y el cuerpo, facilitando el regreso al sueño si uno se despierta en medio de la noche.
La rutina nocturna de Andrew Huberman es una combinación meticulosamente estructurada de hábitos dietéticos específicos, modificaciones ambientales intencionales y suplementos cuidadosamente seleccionados, todos meticulosamente diseñados para mejorar la calidad del sueño y la salud en general.
Su método resalta la importancia crítica de reconocer y respetar los ritmos inherentes del cuerpo y adaptarse a ellos a través de prácticas conscientes y deliberadas. Si bien esta rutina se adapta a sus necesidades personales y descubrimientos científicos, proporciona conocimientos y orientación profundos para quienes buscan mejorar sus propios hábitos nocturnos.
La adopción de estas prácticas puede conducir a mejores patrones de sueño y a un aumento del bienestar general, lo que demuestra el valor de un enfoque personalizado de la salud y la relajación.
Además, la rutina de Andrew muestra cómo simples cambios en las actividades nocturnas y en el entorno pueden influir significativamente en la preparación del cuerpo para el descanso.
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