
En el mundo de la narrativa interactiva, The Last of Us es un ejemplo brillante de cómo la dificultad se entrelaza con la profundidad emocional. A lo largo de la serie, los jugadores se ven inmersos en escenarios apasionantes llenos de enemigos peligrosos, recursos escasos y la constante tensión de la supervivencia. Es un juego donde cada bala cuenta y las decisiones tienen un peso significativo: cada paso en falso podría significar la ruina para Joel o Ellie.
El suspenso es palpable; el sonido de un clicker puede hacerte sudar las palmas de las manos, incitándote a dudar antes de aventurarte por cualquier puerta. En esta franquicia, la supervivencia depende en gran medida de una estrategia meticulosa, la paciencia y la sabiduría para elegir las batallas con prudencia.
Además, los jugadores pueden sentirse emocionalmente agotados, lidiando con los temas complejos que se desarrollan, y a menudo cuestionando su propia moralidad debido a la complejidad de la narrativa. Con esto en mente, exploremos diez de las secciones más desafiantes de The Last of Us Parte I y The Last of Us Parte II : una mezcla de desafíos de juego y momentos narrativos conmovedores.
10 Hillcrest
Más como Hellcrest

El segmento de Hillcrest en The Last of Us Parte II sitúa a Ellie en una intensa batalla contra grupos del WLF completamente sola. La adrenalina es máxima mientras los jugadores se enfrentan a múltiples enemigos en entornos abiertos, lo que les permite tomar decisiones estratégicas: una experiencia emocionante para quienes buscan desafíos.
Durante una repetición del modo Supervivencia en Hillcrest, la experiencia se sintió implacable, acentuada por adversarios como perros feroces. Las tácticas de sigilo se vuelven cada vez más frustrantes, ya que enfrentarse a ellos puede llevar a un dilema moral al enfrentarse a la decisión de eliminarlos. Esta sección resume el cruel equilibrio del juego entre la supervivencia y la angustia emocional.
9 Hospital de Santa María
Francotiradores y lágrimas a un lado, por favor

Llegar a la secuencia final de The Last of Us Parte I presenta un desafío formidable. Joel se enfrenta a oleadas implacables de Luciérnagas en una arena compacta, repleta de oportunidades para ataques sigilosos, pero el espacio reducido permite que los enemigos sorprendan fácilmente al jugador.
Este momento se vuelve particularmente conmovedor a medida que los jugadores experimentan el arco narrativo que refleja la desesperación de Joel por salvar a Ellie, lo que pone de relieve un importante conflicto moral. El peso emocional de dañar potencialmente a quienes aspiran a una cura crea un tema duradero que resuena en los jugadores mucho después de terminar el juego.
8 Alcantarillas con Sam
Fuera de control

Una de las secciones más cautivadoras de The Last of Us Parte I se desarrolla en las alcantarillas, donde los jugadores desentierran notas que revelan la historia de Ish como superviviente en su lucha por la supervivencia. Acompañados por Henry y Sam, Joel y Ellie recorren una zona infestada de antiguos supervivientes convertidos en Corredores y Chasqueadores.
El impacto emocional alcanza su punto máximo cuando los jugadores se enfrentan a los restos de una comunidad perdida por los infectados, lo que les obliga a reconocer la tragedia humana que se esconde tras cada encuentro. Esta constatación añade un peso enorme al acto de supervivencia, convirtiéndolo en un importante desafío emocional.
7 Generador estúpido
Pittsburgh apesta

La escena del generador en The Last of Us sigue siendo una prueba de fuego. Tras separar a Joel y Ellie en un hotel con poca luz, los jugadores se encuentran en un sótano inundado, infestado de Corredores, Acosadores y un Gordinflón. Activar el generador para escapar se convierte en una apuesta desesperada, alertando a todos los infectados de su presencia.
Enfrentados a una salida cronometrada y con la opción de luchar o huir, los jugadores se ven inmersos en uno de los momentos más angustiosos de la serie, especialmente cuando escuchan los estruendosos pasos del Bloater resonando en el sótano.
6 Rattler Resort
Lejos de un verdadero resort

El encuentro con Rattler Resort en The Last of Us Parte II crea un final intenso con quizás la mayor cantidad de enemigos enfrentados en el juego, equipados con blindaje pesado y escasas oportunidades para maniobras de sigilo. Tras invertir de 30 a 40 horas de juego, el jugador ya está emocionalmente agotado por los encuentros anteriores.
Esta sección pone a prueba las habilidades y la paciencia de los jugadores mientras se enfrentan a obstáculos abrumadores. Afortunadamente, existe la posibilidad de usar criaturas infectadas estratégicamente, lo que añade un toque especial a un desafío que, de otro modo, sería abrumador.
5 El bosque
Olas de infectados

En The Last of Us Parte II, la sección del bosque protagonizada por Abby presenta un repentino aumento de dificultad. Tras un encuentro con los Serafitas, los jugadores deben defenderse de una oleada de infectados sin munición suficiente, lo que aumenta el riesgo de fracaso en la lucha por la supervivencia.
Este segmento es un desgarrador recordatorio de los desafíos que se avecinan, sobre todo cuando un Shambler emerge justo cuando Yara y Lev intentan abrir una puerta. La lucha contra los infectados con recursos limitados resulta ser una de las experiencias más estresantes del juego.
4 Pelea de David Boss
Pequeñas piezas pequeñas

A medida que la primera entrega se centra en la perspectiva de Ellie, los jugadores sienten al instante una desventaja considerable: es una joven armada únicamente con cuchillos contra el amenazante David, líder de una facción caníbal. La presión aumenta a medida que los jugadores deben explorar sigilosamente el entorno para encontrar una oportunidad de atacar.
Escuchar a David burlarse de Ellie aumenta la tensión, haciendo que cada movimiento sea crucial, a la vez que insta a los jugadores a guardar silencio. Esta atmósfera emocionante enfatiza la vulnerabilidad y transforma lo que podría haber sido un encuentro sencillo en uno lleno de miedo.
3 El Rey Rata
Megazord infectado

El Rey Rata, una fusión de pesadilla de varios tipos infectados, representa uno de los adversarios más formidables de The Last of Us Parte II. Encontrado en el sótano de un hospital, este metafórico «Megazord infectado» es fuerte y resistente, lo que hace que la lucha contra el jefe sea un desafío inmenso.
El espacio confinado amplifica la presión, obligando a los jugadores a interactuar de cerca con esta aterradora criatura mientras navegan por las complejidades del juego, consolidando su lugar como uno de los desafíos más difíciles de la franquicia.
2 Escena final
Sin dedo no hay esperanza

A medida que los jugadores se acercan a la conclusión de The Last of Us Part II, se instala una abrumadora sensación de fatiga emocional. Este momento culminante encapsula la dualidad de Ellie y Abby como héroes y antagonistas, girando en torno a la perspectiva.
La interacción final entre Joel y Ellie culmina en un clímax emocional, intensificando la complejidad de su relación. Sumado a la pérdida de un dedo de Ellie y su incapacidad para tocar la guitarra —simbolizando su vínculo con Joel—, esta escena ofrece una poderosa dosis de emoción, convirtiéndola en una de las experiencias emocionales más difíciles de los videojuegos.
1 Ellie contra Abby
Luchador jefe inesperado

El enfrentamiento culminante entre Ellie y Abby resume los desafíos emocionales y de juego que definen esta saga. Al enfrentarse a Ellie, los jugadores se dan cuenta rápidamente de su fuerza y determinación de venganza, lo que aumenta la dificultad del encuentro.
Esta inusual pelea contra un jefe impone una intensa sensación de urgencia, con cada ataque cercano amenazando con consecuencias inmediatas. Obliga a los jugadores a encarnar el miedo que sienten todos los PNJ que encuentran en Seattle, transformando a un niño ingenuo en un cazador implacable.
Este momento demuestra la capacidad de la serie para crear una experiencia de juego inmersiva entrelazada con narrativas emocionales complejas, lo que lo convierte en el mayor desafío tanto en profundidad emocional como en mecánica de juego. Personalmente, me sentí tan abrumado que no pude continuar al llegar a este punto durante una repetición de The Last of Us Part II.
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