China responde a los aranceles de Trump favoreciendo productos “fabricados en China” para uso gubernamental y así reducir la dependencia de los bienes estadounidenses

China responde a los aranceles de Trump favoreciendo productos “fabricados en China” para uso gubernamental y así reducir la dependencia de los bienes estadounidenses

En respuesta a los “aranceles de Trump”, China se prepara para adoptar nuevas estrategias que minimicen el impacto de los productos estadounidenses en su mercado y promuevan al mismo tiempo los bienes fabricados en el país. Esta iniciativa marca un cambio significativo en la dinámica de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, en particular con los recientes acontecimientos en torno a los aranceles.

El nuevo enfoque de China en productos nacionales para compras gubernamentales afecta a empresas estadounidenses

La inminente tensión comercial entre Estados Unidos y China parece estar a punto de intensificarse, y ambas naciones se están preparando para realizar maniobras estratégicas destinadas a proteger sus intereses económicos. Tras la elección de Donald Trump como presidente, sus esperadas políticas arancelarias han llevado a China a reconsiderar sus propias estrategias comerciales. Según un informe de DigiTimes Asia , el gobierno chino planea aumentar el apoyo a la producción local.

El Ministerio de Finanzas de China ha revelado una propuesta que permite aplicar un descuento del 20% en los precios de los bienes producidos en el país específicamente para uso gubernamental. Si bien esta iniciativa reducirá los costos de las compras del sector público, es esencial señalar que no se extiende a los bienes de consumo, lo que refuerza la dedicación del gobierno a fomentar las capacidades de fabricación locales.

Según la propuesta, los productos nacionales que puedan ser objeto de compras gubernamentales deben cumplir tres criterios clave:

  1. El artículo debe fabricarse dentro de China, lo que garantiza un ciclo de producción completo desde las materias primas hasta los productos terminados, excluyendo únicamente el etiquetado y el embalaje básicos.
  2. Los costes de producción de los componentes deben cumplir un umbral específico, que se ajustará en función del tipo de producto.
  3. En el caso de determinados artículos, los componentes cruciales y los procesos de producción deberían realizarse íntegramente en China.

Tiempos globales

Esta política se dirige principalmente a la producción industrial y no tendrá un impacto significativo en los sectores de bienes de consumo. Las empresas tecnológicas estadounidenses como Intel, AMD y NVIDIA probablemente sentirán la presión, ya que las empresas locales se benefician de los incentivos gubernamentales, lo que podría conducir a una mayor competencia e innovación entre los fabricantes nacionales. Este cambio se considera una respuesta directa a la estrategia arancelaria de Trump.

Si bien las empresas tecnológicas chinas aún están tratando de ponerse al día con los avances tecnológicos de sus competidores estadounidenses, se han observado avances notables. Empresas como Huawei, SMIC y Xiaomi han avanzado para igualar los estándares estadounidenses en varios sectores. Como resultado, el crecimiento de la capacidad de producción interna de China plantea interrogantes sobre la eficacia de los aranceles para alterar los flujos comerciales.

Se espera que las consecuencias de estas decisiones políticas repercutan en todo el mercado de consumo. En última instancia, los consumidores finales chinos pueden ser los más afectados por estos cambios estratégicos, lo que ilustra la compleja interacción entre las políticas internas y las relaciones comerciales internacionales.

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