
Advertencia: Contiene spoilers del capítulo 192 de Chainsaw Man. Chainsaw Man ha suscitado recientemente un importante debate entre los fans al concluir uno de sus arcos argumentales más intrincados. En una vertiginosa secuencia de acontecimientos que abarca aproximadamente dos volúmenes, Denji renunció a su identidad como Chainsaw Man, Pochita se enzarzó en una batalla con Yoru y la narrativa transportó a sus personajes a otra dimensión. El arco del Diablo Envejecido resultó ser un intenso viaje emocional, que puso a prueba la resistencia de Denji antes de que finalmente triunfara sobre un formidable adversario.
Sin embargo, muchos lectores esperaban una transformación más profunda para Denji, pero luego lo vieron regresar a sus tendencias anteriores. En un momento revelador, cuando Yoru intentó coquetear, Denji sucumbió al instante, comparándose con su obediente mascota, reflejando el comportamiento degradante de sus encuentros anteriores con Makima.
Este desarrollo provocó una ola de críticas, ya que los fanáticos sintieron que Denji debería haber evolucionado más allá de sus vulnerabilidades de larga data. Sin embargo, parece que los espectadores podrían estar dirigiendo su escrutinio de manera incorrecta. El último capítulo, titulado «Cómo juegan los demonios», propone que el verdadero enfoque puede no estar solo en Denji sino también en Yoru. Los paralelismos que surgen entre Yoru y Makima sugieren que el Demonio de la Guerra está lejos de ser capaz de desempeñar el papel de su predecesor.
Denji y Yoru: una primera cita distorsionada
La famosa primera cita de Yoru con Denji




Después de hacer comentarios despectivos hacia Denji, Yoru lo sacó de su asiento a tirones, presentándole su concepto de diversión a través de medios distorsionados. Si bien un segmento significativo de la audiencia se concentró en la aparente regresión de Denji (su afán por complacer a Yoru), hay evidencia convincente de que el creador, Tatsuki Fujimoto, tiene la intención de que los lectores examinen a Yoru más de cerca. Desde el principio, el Diablo de la Guerra ha expresado repetidamente su deseo de manipular a Chainsaw Man para que sirva a sus intereses.
En cierto modo, Yoru refleja la intención de Makima de explotar a Denji como herramienta para su búsqueda de un mundo «perfecto», pero su enfoque contrasta marcadamente con el de su hermana. La impredecible primera cita de Yoru con Denji subraya esta distinción, revelando un sentimiento complejo que comienza a cultivarse dentro de ella, especialmente cuando intenta cocinar para él y parece luchar con sus emociones cuando interactúa con él. Sus intentos fallidos de consolar a Denji insinúan una conexión en evolución, aunque retorcida.

Cuando Denji expresó su indiferencia ante las intenciones de Yoru de transformarlo en un arma, su reacción fue reveladora. Posteriormente, ella eligió sentarse en su regazo, lo que provocó una mezcla de reacciones de los fanáticos, muchos de ellos descontentos con la obediencia de Denji durante este inquietante encuentro. Sin embargo, la narrativa parece alentar a los lectores a reevaluar a Yoru. A pesar de sus ecos del discurso de Makima, existe un contraste definitivo entre ellos. Mientras que Makima despreciaba a Denji pero veneraba a Chainsaw Man, Yoru alberga desdén por Chainsaw Man pero muestra cierto nivel de afecto hacia Denji.
Yoru: una antítesis de Makima
El Diablo de la Guerra comparte rasgos con el Control pero sigue siendo distinto





Actualmente, Denji se encuentra navegando en una mentalidad de supervivencia; despojado de todo lo que le resulta familiar, su regreso instintivo a viejos patrones es comprensible dada su historia de trauma. Sin embargo, lo que resulta cautivador en esta narrativa es cómo Yoru reacciona a las decisiones de Denji. En marcado contraste con Makima, que veía a Denji simplemente como un vehículo para Chainsaw Man, Yoru se relaciona activamente con él, a menudo con una intensidad exagerada.
Esta interacción revela una divergencia fundamental: mientras Makima personificaba el Control, buscando aniquilar a los demonios para su visión de un mundo perfecto, Yoru encarna la naturaleza impredecible del caos, deleitándose en la discordia y la destrucción. A diferencia de Makima, que trataba a Denji con indiferencia, la fijación de Yoru en él es inconfundible. Se hace cada vez más claro que el foco de atención se está desplazando hacia el personaje de Yoru en lugar del de Denji.
La lucha de Denji por la humanidad apenas comienza
Yoru tienta a Denji con el encanto de la maldad

Si bien algunas críticas dirigidas a las decisiones recientes de Denji son válidas, pueden ser exageradas. En lugar de simplemente luchar contra sus impulsos, Denji se está embarcando en un conflicto interno más significativo. Las travesuras recientes de Yoru parecen sugerirle a Denji que una vida como demonio podría ser más atractiva que la de un humano. Cabe destacar que, a lo largo de su viaje, a menudo se ha encontrado con más amabilidad de parte de los demonios que de los humanos, como se refleja en sus pensamientos retrospectivos sobre el Poder.
Este conflicto interno entre llevar una vida «normal» y ejercer la personalidad de Chainsaw Man ha sido un tema recurrente en la segunda parte de la serie, alcanzando un clímax en los capítulos actuales. La narrativa desafía a su audiencia a considerar si Denji optará por mantener su humanidad en medio de presiones crecientes, mostrando una investigación temática más profunda dentro de Chainsaw Man.

Denji debe elegir entre dos caminos opuestos (seguir siendo humano o adoptar su identidad de demonio).Al mismo tiempo, Yoru debe lidiar con la creciente complejidad de sus sentimientos hacia Denji mientras avanza en sus objetivos. Las críticas dirigidas a Chainsaw Man han ganado fuerza últimamente, pero puede ser prudente no juzgar el carácter de Denji hasta que tome su decisión crucial.
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