El ascenso de Bran Stark al trono por encima de Jon Snow se hace eco del legado de la Casa Targaryen en Juego de Tronos

El ascenso de Bran Stark al trono por encima de Jon Snow se hace eco del legado de la Casa Targaryen en Juego de Tronos

Si bien la herencia Targaryen de Jon Snow puede no haber tenido un peso significativo a lo largo de Game of Thrones, el final de la serie finalmente hizo eco de temas de la narrativa histórica de su familia. En un giro impactante de los acontecimientos, Jon Snow mató a Daenerys Targaryen, mientras que Bran Stark emergió como el nuevo soberano de Westeros, allanando el camino para una era llena de potencial pero impregnada de las sombras del pasado, un eco del que Bran, como guardián de las historias, debería ser muy consciente.

Un motivo recurrente en la narrativa de George RR Martin, que aparece de forma destacada en el final de la octava temporada de Juego de Tronos, es la naturaleza cíclica de la historia. Esto no podría ilustrarse mejor que en el acto de Jon de apoderarse de Daenerys, que es paralelo a la ejecución del Rey Loco, Aerys II Targaryen, por parte de Jaime Lannister. Además, el Trono de Hierro, forjado con fuego de dragón por el primer gobernante Targaryen, muere a manos del último dragón, lo que enfatiza aún más este tema de la repetición histórica.

Conexiones con el legado Targaryen: Bran Stark y Jon Snow

El legado de la Casa Targaryen: un Stark asciende al poder

Jon Snow arrodillado ante Bran, junto a Sansa y Arya, en el final de la serie Juego de Tronos

Aunque las circunstancias difieren, el regreso de Jon Snow al Muro, rechazado por la decisión del consejo de elegir a Bran Stark, refleja un evento histórico que ocurrió hace aproximadamente setenta años en el que Aegon Targaryen, conocido como Egg, ascendió al trono como el rey Aegon V Targaryen. Tras la muerte del rey Maekar I, el reino enfrentó una crisis sucesoria, ya que sus dos hijos mayores habían fallecido. Finalmente, el consejo nombró a Aegon, después de que su hermano mayor Aemon, un maestre de Antigua, declinara el trono.

Pronto, los espectadores serán testigos de las hazañas juveniles de Egg en el próximo spin-off de Game of Thrones de HBO, A Knight of the Seven Kingdoms.

Tras el ascenso de Egg, Aemon optó por unirse a la Guardia de la Noche y se distanció del trono para eliminar cualquier posibilidad de rivalidad con su hermano menor. De manera similar, el regreso de Jon al Muro, presentado como un castigo impuesto por Gusano Gris por la muerte de Daenerys, lo posiciona, al igual que Aemon, como un heredero potencial que desea fundamentalmente evitar la corona.

Bran y Aegon son dos gobernantes muy diferentes, ambos con un carácter que sugiere que pueden gobernar con sabiduría. Egg era el cuarto hijo del rey Maekar, mientras que Bran es también el cuarto hijo de Ned Stark; no se esperaba que ninguno de los dos heredara el poder, pero las circunstancias los impulsaron a asumir esos roles.

La influencia del maestre Aemon en el viaje de Jon Snow

El papel fundamental de Aeman en la vida de Jon

El maestre Aemon y Jon Snow en Juego de Tronos

Aunque Jon Snow nunca tuvo la oportunidad de conocer a su verdadero padre, Rhaegar Targaryen, recibió una importante influencia de tres figuras paternas fundamentales: Ned Stark, Mance Rayder y el maestre Aemon. Cada figura encarna elementos de la identidad multifacética de Jon:

  • Ned Stark: Representa el linaje Stark de Jon, entrelazado con su verdadera ascendencia a través de la hermana de Ned, Lyanna.
  • Mance Rayder: encarna la conexión de Jon con los Salvajes, impulsando su lealtad hacia su gente y recordándole los lazos de su corazón con la vida más allá del Muro.
  • Aemon: Refleja las raíces Targaryen secretas de Jon y su renuncia al poder por el deber que asumió con la Guardia de la Noche.

Este influyente respaldo es evidente en la conmovedora despedida de Jon a sus hermanos Stark, reafirmando sus vínculos a pesar de la ausencia de un linaje compartido, antes de aventurarse finalmente más allá del Muro junto a los salvajes. Además, las enseñanzas de Aemon catalizaron las acciones más críticas de Jon en el final de la serie; su sabiduría impulsó a Jon a enfrentarse a Daenerys en un intento drástico por preservar el reino.

El recuerdo de Jon de la máxima de Aemon —»El amor es la muerte del deber»— resuena a lo largo de la conclusión de Juego de Tronos. La interpretación de Tyrion enfatiza aún más esta noción, reforzando el concepto de que a veces el deber supera a los afectos personales. Aemon se refirió conmovedoramente al amor como la «gran gloria y nuestra gran tragedia» de la humanidad, una idea que resuena profundamente con el viaje de Jon, infundiendo su historia con esperanza mientras encuentra un camino hacia adelante, guiado por el legado de uno de sus más grandes mentores.

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