
El esperado thriller de espías de Steven Soderbergh, Black Bag, no decepciona: es tan cautivador como sugería la expectación. Con una duración de 90 minutos, esta película revitaliza un género a menudo percibido como frío, lo que da pie a la gratificante pregunta: «¿Por qué no aparecen Michael Fassbender y Cate Blanchett en todas las películas?».
A pesar de mi escepticismo inicial tras la tibia recepción de Presence, abordé el segundo estreno de Soderbergh de 2025, Black Bag, con la mente abierta. Después de todo, es raro que un director entregue dos películas importantes en tan rápida sucesión. Afortunadamente, mis dudas eran infundadas; disfruté muchísimo de los giros argumentales y la cautivadora narrativa de la película a lo largo de sus 94 minutos de metraje. El guion de David Koepp logra un equilibrio perfecto —inteligente y accesible— que permite a los espectadores sacar sus propias conclusiones.
Una mezcla ideal de intriga y romance
Black Bag presenta a Blanchett como Kathryn St. Jean y a Fassbender como George Woodhouse, ambos agentes de inteligencia envueltos en una conspiración de alto riesgo tras el robo de un activo crucial de su agencia. George investiga a su esposa, Kathryn, como uno de los cinco sospechosos implicados en este acto de traición, mientras lucha contrarreloj para evitar que los rusos obtengan información confidencial.
Con un elenco que incluye a veteranos de la saga de James Bond, como Naomie Harris y Pierce Brosnan, el reparto de la película resulta excepcional. Fassbender y Regé-Jean Page, ambos firmes candidatos a futuros papeles de Bond, cumplen a la perfección con las exigencias de sus personajes. La interpretación de Page del coronel James Stokes aporta una presencia imponente a la pantalla mientras libra una guerra psicológica con el personaje de Fassbender.
Además de las actuaciones principales, los papeles más destacados corresponden a Marisa Abela y Tom Burke, quienes interpretan a la tumultuosa pareja formada por Clarissa Dubose y Freddie Smalls. Su dinámica introduce humor en medio de la tensión, ejemplificada en una memorable escena de cena que muestra su volátil relación. Los torpes intentos de Claire por coquetear con el desinteresado George ofrecen un contraste divertido, mientras que Blanchett sigue impresionando con su imponente presencia y su elegante vestuario, en particular una llamativa chaqueta de cuero.
Una perspectiva refrescante sobre el género de espías
En esencia, Black Bag trasciende los típicos dramas de espías, caracterizados por aparatos ostentosos y acción desenfrenada. En cambio, ofrece una exploración matizada de la lealtad y la dinámica marital, desafiando las normas del género. La imagen de Fassbender como un burócrata socialmente torpe —con gafas enormes y pijama a juego—, junto con el enigmático personaje de Blanchett, le da un giro refrescante. La representación de la monogamia como tema central es relevante y cautivadora.
La banda sonora de la película, compuesta por David Holmes, reconocido por su trabajo en Ocean’s Eleven y Killing Eve, llena la narrativa con sonidos de espionaje por excelencia, con notas jazzísticas de clavicordios y bongós.Black Bag incorpora con maestría elementos clásicos del espionaje, como el curry de George con suero de la verdad y un intrigante montaje de polígrafo, sin caer en la previsibilidad.
En definitiva, Black Bag quizá no revolucione el género de espías, pero rinde homenaje a sus raíces con éxito, centrándose en la compleja relación entre George y Kathryn. Después de todo, es evidente que su química es electrizante y sus deseos, palpables.
Con su singular visión del drama doméstico entrelazado con el espionaje, Black Bag aporta estilo a una narrativa familiar. Combinando esto con obras recientes de espionaje como The Agency de Paramount+, la película sin duda contribuye a lo que podría calificarse de «espionaje Fassy».
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