
El thriller psicológico independiente Birdeater se adentra en las complejidades de la manipulación emocional, centrado en la pareja Louie (Mackenzie Fearnley) e Irene (Shabana Azeez). Dirigida por los directores Jack Clark y Jim Weir en su debut cinematográfico, la película presenta un comienzo prometedor para los realizadores. Sin embargo, en última instancia no logra impulsar al público a las profundidades apasionantes que uno podría esperar de un título así, que lleva el nombre de la formidable araña devoradora de pájaros. A pesar de sus méritos como pieza de cine independiente emergente, Birdeater carece de la narrativa cautivadora que promete.
Expectativas vs. Realidad: Birdeater carece de emociones sangrientas
Los espectadores pueden cometer el error de acercarse a Birdeater con expectativas de una película de terror visceral y sangrienta, tan popular en la actualidad. Decir que es una película de terror es engañoso; si bien ciertos aspectos coquetean con momentos inquietantes y viscerales, estos son escasos. La película se apoya en gran medida en su hábil edición para evocar una sensación de desorientación, pero este enfoque también conduce a una previsibilidad que puede obstaculizar su potencial estatus de culto.
Los aspectos técnicos fuertes no compensan una trama débil
El montaje inicial de Birdeater presenta una trama predecible, pero esto no es necesariamente un factor negativo. La película aborda con valentía temas más amplios relacionados con problemas sistémicos y la naturaleza insidiosa de la masculinidad tóxica que sigue afectando a la sociedad moderna, temas que están presentes a lo largo de la narrativa. Lo que eleva a Birdeater más allá de los simples cuentos con moraleja son sus elementos técnicos ejecutados con maestría. A pesar de su presupuesto limitado, la película utiliza con maestría pistas musicales precisas, decisiones de edición estratégicas y efectos visuales impactantes para sumergir al espectador en las realidades en proceso de desentrañar de los personajes.
Actuaciones y dinámica de personajes
Fearnley interpreta brillantemente a Louie, el prometido aparentemente dócil cuya malevolencia sale a la luz gradualmente a medida que avanza la historia. Las actuaciones, aunque sólidas, podrían beneficiarse de un elenco más experimentado para elevar el drama psicológico de combustión lenta. El quid de la película radica en el sigiloso desmantelamiento que hace Louie de la autonomía de Irene, que podría haberse retratado de manera más efectiva si Azeez hubiera tenido más presencia en sus escenas. Aunque Irene se siente eclipsada por el personaje de Louie, su papel necesitaba una voz más prominente en todo momento.
A pesar de los elementos dispersos que conforman lo que podría haber sido una película innovadora, el debut de Clark y Weir genera esperanza para su evolución como directores.
Explorando dinámicas complejas entre personajes
Un aspecto destacado de Birdeater es la interpretación que Ben Hunter hace de Dylan, un personaje cuya evolución de una personalidad desagradable a una que merece empatía ofrece un giro positivo. La película, que tiene como trasfondo una despedida de soltero, aborda el conflicto, a menudo aburrido, de “chicos contra chicas”, pero Clark y Weir van más allá de esta dicotomía, ilustrando que todos los personajes operan bajo algún tipo de dinámica tóxica, siendo Irene la más afectada por las manipulaciones de Louie.
El giro del tercer acto fracasa
Aunque Birdeater se distingue por ser una entrada deliberada en el género, me decepcionó no por falta de acción, sino más bien por falta de convicción. La película presenta múltiples oportunidades para que Clark y Weir profundicen en los temas centrales que pretenden explorar. A pesar de un trasfondo de tensión, muchos momentos de alto riesgo no logran resonar, carecen del impacto emocional que se espera de una película de su naturaleza.
La revelación de la culpa de Irene fue particularmente decepcionante. El evento violento e inesperado que la puso en un camino más profundo hacia las garras de Louie carecía del peso emocional que necesitaba. Si esta desconexión se debe al momento del flashback o a una falta más amplia de conexión con Irene sigue siendo discutible. Birdeater no necesitó recurrir a una cantidad excesiva de sangre para tener un impacto más fuerte, pero fue demasiado segura, lo que limitó su potencial para una reflexión más profunda.
Birdeater está actualmente disponible en cines y en VOD. La película, de 113 minutos de duración, no tiene clasificación.
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