«Buena chica.»
Estas palabras resuenan en el tráiler de *Babygirl* de A24, pero apenas nos preparan para el momento crucial en el que Samuel (Harris Dickinson) se las dice a Romy (Nicole Kidman). A lo largo de la película, la atmósfera hierve de tensión y, en ese instante, todos exhalamos en el cine, plenamente conscientes de que todo ha culminado en un poderoso momento de despertar.
Exploración del deseo y la insatisfacción
*Babygirl* gira en torno a Romy, una ejecutiva motivada y exitosa que, en apariencia, parece tenerlo todo. Sin embargo, debajo de su apariencia refinada se esconde una insatisfacción inquietante, en particular en su matrimonio con Jacob (Antonio Banderas). Si bien irradia confianza y éxito como directora ejecutiva de Tensile, su vida privada se ve empañada por deseos insatisfechos que, según ella, su esposo no puede satisfacer. El viaje de Romy encapsula las luchas secretas que muchas mujeres enfrentan, navegando en un mundo donde la realización parece estar fuera de su alcance.
El fascinante momento en el que Romy se encuentra por primera vez con Samuel en la calle revela una verdad conmovedora sobre la naturaleza humana. Cautivada por su capacidad para consolar a un perro angustiado, Romy reconoce una conexión esencial que refleja nuestros instintos innatos bajo capas de civilización. A medida que su atracción por Samuel se desarrolla, Kidman ofrece una interpretación brillante, oscilando hábilmente entre una ejecutiva equilibrada y una mujer vulnerable que busca admiración y sumisión.
Complejidades de la dinámica del poder
En un impactante encuentro en un hotel, Romy enfrenta un conflicto interno mientras lucha con el deseo de someterse a las órdenes de Samuel. Esta tensión encapsula el tema central de la película: el delicado equilibrio entre el anhelo de control y la ansiedad de renunciar a él. El suspenso que surge de cada exigencia se suma a la cautivante narrativa, encarnando la complejidad del poder y la sumisión.
A diferencia de muchas películas dirigidas por hombres, *Babygirl* arroja luz sobre los desafíos matizados que enfrentan las mujeres, que a menudo se pasan por alto en las narrativas convencionales. Un montaje memorable muestra a Romy sometiéndose a varios tratamientos cosméticos, lo que muestra las presiones sociales sobre las mujeres para que se ajusten a los estándares de belleza. Esta representación sirve como recordatorio de que muchas mujeres participan en estas prácticas no por deseo sino más bien debido a las expectativas sociales, que en última instancia vinculan su valor a su apariencia.
En este sentido, *Babygirl* triunfa donde *Fifty Shades of Grey* flaqueó. Mientras que esta última hizo hincapié en gran medida en la dinámica de poder sin representar adecuadamente a la comunidad BDSM, *Babygirl* prioriza elementos fundamentales como el consentimiento, el respeto mutuo y la confianza. La película enfatiza la importancia de las palabras de seguridad y reconoce la dinámica de poder en juego tanto en el lugar de trabajo como en las relaciones personales: Romy exuda autoridad en su vida profesional, mientras que Samuel la encarna en su relación amorosa.
Una emoción de empoderamiento y autodescubrimiento
La película es una exploración tentadora del erotismo combinado con la vulnerabilidad, que confronta la compleja interacción entre la sumisión y el empoderamiento. Si bien al principio puede parecer centrada en temas sexuales, se va revelando lecciones más profundas a medida que los personajes se involucran en el crecimiento mutuo y la autoexploración.
La interpretación de Kidman se destaca entre sus trabajos recientes, mostrando una interpretación poderosa y compleja de Romy. Mientras tanto, Dickinson, conocido por su papel en *Un asesinato en el fin del mundo*, establece aún más su talento a través de su convincente interpretación de Samuel, completando un elenco notable.
En definitiva, *Babygirl* profundiza en temas como el deseo de tenerlo todo y, al mismo tiempo, lidiar con la elusividad de los deseos personales. Ofrece un análisis profundo de la sexualidad humana y presenta una narrativa que representa las experiencias de las mujeres y resuena con ellas.
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