En un momento dado, Apple consideró implementar un servicio de suscripción de hardware para sus iPhones, que permitiera a los clientes pagar una cuota mensual repartida en un periodo de entre 12 y 24 meses. Este modelo tenía como objetivo ofrecer una opción accesible para aquellos que preferían no hacer una gran inversión inicial al comprar un nuevo iPhone.
Sin embargo, esta iniciativa sufrió retrasos constantes que finalmente llevaron a su cancelación. Los informes indicaron que las complicaciones de software desempeñaron un papel importante en los desafíos del servicio, y la posible reacción negativa de los socios operadores, que actualmente facilitan la distribución de iPhones, probablemente influyó mucho en la decisión de Apple.
Impacto de las nuevas regulaciones en el servicio de suscripción de Apple
La cancelación del servicio de suscripción de hardware para iPhone coincidió con las nuevas restricciones introducidas por la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés). Esta agencia independiente promulgó recientemente regulaciones dirigidas a varios esquemas de “compre ahora, pague después”, lo que complicó significativamente el marco de trabajo de Apple para el servicio de suscripción propuesto.
Según los datos del último boletín de noticias “Power On” de Mark Gurman, los altos ejecutivos de Apple ordenaron a su equipo que revisara su estrategia desde cero. Si bien no había indicios de que el equipo estuviera bajo de ánimo, el cambiante panorama regulatorio ciertamente planteó desafíos sustanciales. Las nuevas regulaciones de la CFPB fueron un factor sustancial en la interrupción final del proyecto.
Además, es plausible que el lanzamiento de un servicio de suscripción corra el riesgo de decepcionar a los socios operadores de Apple. En Estados Unidos y otros mercados, Apple depende de estas empresas para promocionar y vender iPhones a través de atractivas ofertas y planes de financiación. La interrupción de sus planes de pago a plazos podría llevar a estos operadores a cambiar su enfoque hacia los smartphones de la competencia, lo que podría afectar la cuota de mercado y las ventas anuales de Apple.
“Esto es lo que pasó: el proyecto sufrió retrasos uno tras otro relacionados con el software y la infraestructura financiera subyacente. En algún momento de los últimos meses, los principales ejecutivos de Apple le dijeron al equipo que estaba trabajando en el proyecto que volviera a la mesa de diseño y comenzara de nuevo. Pero luego la Oficina de Protección Financiera del Consumidor promulgó nuevas regulaciones en torno a los servicios del tipo “compre ahora, pague después”, y ese fue el clavo en el ataúd.
Por eso, después de eliminar su oferta Pay Later a principios de este año, Apple cerró el servicio de suscripción para iPhone, que habría funcionado de manera similar. La empresa disolvió el equipo, pero no despidió a nadie. Otro posible factor en la desaparición del proyecto: Apple depende en gran medida de sus socios operadores para vender iPhones, y atacar su negocio de planes de pago probablemente no los haría felices”.
En conclusión, si bien la esperanza de un servicio de suscripción de hardware para iPhone puede haberse extinguido, Apple sigue destacando en varios otros sectores de la tecnología y la innovación. Este revés sirve como recordatorio de las complejidades y los desafíos que enfrentan incluso los gigantes tecnológicos más sólidos.
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