Apple enfrenta una demanda por acusaciones de usar libros pirateados para entrenar a la IA, lo que pone en entredicho su imagen de privacidad.

Apple enfrenta una demanda por acusaciones de usar libros pirateados para entrenar a la IA, lo que pone en entredicho su imagen de privacidad.

Apple, reconocida por su compromiso con la privacidad, se enfrenta ahora al escrutinio público tras la presentación de una demanda colectiva por parte de dos autores de neurociencia. Alegan que el gigante tecnológico utilizó versiones pirateadas de sus obras literarias para desarrollar su plataforma Apple Intelligence. Esta acusación podría dañar significativamente la imagen de Apple, especialmente en un momento en que la compañía invierte con ahínco en tecnología de inteligencia artificial.

La demanda que desafía la imagen centrada en la privacidad de Apple

Como se detalla en la demanda, se acusa a Apple de basarse en el conjunto de datos Books3, derivado de The Pile, un repositorio completo que contiene numerosos textos pirateados de diversas bibliotecas paralelas. Entre las obras en disputa se encuentran los títulos más destacados de los demandantes:

  • Juegos de la mente: Lo que la neurociencia de la magia revela sobre nuestros engaños cotidianos
  • Campeones de la ilusión: La ciencia detrás de los trucos de magia alucinantes

Aunque Apple había reconocido previamente su uso de datos vinculados a Books3, la compañía dejó discretamente de depender de este conjunto de datos luego de que surgieran preocupaciones sobre derechos de autor en 2023.

Esta demanda toca una fibra sensible, dada la discrepancia entre la firme defensa de la privacidad por parte de Apple y las acusaciones en su contra. Durante décadas, Apple se ha promocionado como protectora de la privacidad del usuario y la integridad de los datos. Sin embargo, a medida que la compañía profundiza en el desarrollo de la IA, este recurso legal pone en duda si sus estándares éticos se extienden a los conjuntos de datos empleados en el entrenamiento de su inteligencia artificial.

El resultado de esta demanda podría tener implicaciones más amplias, afectando no solo a Apple, sino también a importantes empresas como OpenAI, Google y Meta, que han experimentado problemas similares con la integridad de sus conjuntos de datos. Sin embargo, el caso de Apple es único debido a sus históricamente proclamados altos estándares éticos en el uso de datos. Esta demanda cuestiona fundamentalmente la autenticidad de la marca de Apple, que prioriza la privacidad.

Si los demandantes ganan, podría redefinir la forma en que las empresas tecnológicas obtienen datos para entrenar sistemas de IA, lo que podría sentar un precedente que obligue a las empresas a utilizar predominantemente contenido licenciado o adquirido para futuras iteraciones de sus modelos. Incluso en un escenario donde Apple salga victoriosa, la corporación podría perder su proclamada supremacía moral, lo que pone de relieve las complejidades de la ética tecnológica.

Es fundamental reconocer que estas afirmaciones siguen sin probarse en esta etapa, ya que la demanda aún se encuentra en el proceso judicial. Aún no se ha determinado la responsabilidad de Apple, lo que significa que aún es incierto si entrenó a Apple Intelligence utilizando textos obtenidos ilegalmente. La pregunta sigue siendo: ¿puede Apple realmente proteger la privacidad del usuario si los fundamentos de su IA se basan en datos no privados?

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