
Construir la mente de un niño cohete: un lanzamiento crítico y la adquisición de responsabilidad
El título inaugural de Build a Rocket Boy, MindsEye, se perfila para cerrar 2025 como uno de los juegos con peores calificaciones del año y un fracaso comercial significativo. La expectación era alta debido a la participación de Leslie Benzies, un destacado exproductor de la saga Grand Theft Auto, junto con el cofundador Mark Gerhard. Sin embargo, comenzaron a surgir indicios preocupantes mucho antes del lanzamiento oficial del juego.
Las reseñas preliminares negativas, un tráiler de lanzamiento decepcionante y la falta de información a medida que se acercaba la fecha de lanzamiento generaron escepticismo entre los posibles jugadores. La situación empeoró cuando, tan solo dos semanas antes del lanzamiento, dos ejecutivos de alto perfil abandonaron Build a Rocket Boy, coincidiendo con la filtración de copias físicas que revelaron graves fallos técnicos y una mecánica de juego cuestionable.
En respuesta a las protestas, Build a Rocket Boy aseguró a los fans que un parche de lanzamiento solucionaría estos problemas. Desafortunadamente, esta actualización no cumplió sus promesas y los jugadores siguieron experimentando numerosos problemas. Ante el problemático debut del juego, el estudio emitió un comunicado público expresando su decepción con el estado del juego en el lanzamiento, mientras que PlayStation comenzó a emitir reembolsos a los clientes insatisfechos.
Benzies intentó desviar las críticas, atribuyendo las deficiencias del juego a sabotaje interno y externo, una afirmación que ya había hecho incluso durante las primeras oleadas de avances negativos. Sin embargo, a medida que los despidos se extendían por el estudio y surgían informes de que este fracaso podría llevar a IO Interactive, la editora del juego, a retirarse de su rol editorial, la culpa recayó en la dirección. Antiguos desarrolladores comenzaron a culpar a los ejecutivos del estudio por la grave mala gestión que condujo a su actual situación.
Como se destaca en una carta abierta de 93 desarrolladores, tanto antiguos como actuales, es evidente que la responsabilidad recae en gran medida sobre los directivos. La carta comienza con una declaración de problemas de larga data relacionados con el trato y el respeto a los empleados, señalando que una parte significativa de la plantilla de 250 a 300 empleados ha sufrido despidos debido a la renuencia de la dirección a considerar la experiencia del personal.
“Los empleados y ex empleados de Build a Rocket Boy (BARB), junto con la Sección de Trabajadores del Juego de los Trabajadores Independientes de Gran Bretaña (IWGB), le escriben para abordar la falta de respeto y el maltrato que se han sufrido desde hace tiempo en su personal”.
Los desarrolladores detallan tres fallos críticos en el liderazgo, entre ellos:
- Falta de transparencia y comunicación
- Niveles insoportables de horas extras
- Manejo desastroso de los despidos
Además, comparten su experiencia de agotamiento, inseguridad laboral y estrés a raíz de un proyecto al que dedicaron años, lo que exige cambios significativos en BARB. Destacan que el liderazgo debe permitir que el talento esencial guíe a la empresa hacia un futuro más prometedor.
El colectivo de desarrolladores expone sus cuatro principales demandas para afrontar la situación:
- Una disculpa pública que aborde el maltrato a los empleados, junto con una compensación adecuada para los despedidos.
- Ofrecer a los empleados restantes que enfrentan un despido la opción de trabajar durante su período de preaviso u optar por el Pago en Lugar de Preaviso (PILON).
- Un esfuerzo integral y documentado para mejorar las condiciones laborales y reconocer al IWGB como un sindicato reconocido.
- Un compromiso de utilizar socios externos oficiales para la gestión de futuros despidos para garantizar prácticas justas.
Para finalizar, los desarrolladores desafiaron el enfoque familiar autoproclamado de liderazgo de Benzies y Gerhard:
Mark Gerhard y Leslie Benzies, a menudo se refieren a sus empleados como ‘familia’.Pero les pedimos que reflexionen: ¿es así como tratan a los suyos?
En las primeras etapas de Build a Rocket Boy, Benzies y su equipo consiguieron 110 millones de dólares en financiación para respaldar su visión de una experiencia de juego innovadora. Con el prestigio de Benzies asociado al estudio y la gran ambición de crear un juego similar a Grand Theft Auto, la emoción se extendió por toda la industria. Lamentablemente, a menos que se tomen medidas decisivas, el estudio corre el riesgo de pasar a la historia como una nueva advertencia para la comunidad gamer.
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