6 herramientas basadas en la neurociencia para mantener tu cerebro en plena forma

6 herramientas basadas en la neurociencia para mantener tu cerebro en plena forma

Todos los días nos bombardean con información, tareas y pendientes para nuestro cerebro. Con tanta demanda sobre nuestro funcionamiento mental, a veces es normal que nos cueste recordar algo o mantener la concentración en una tarea determinada. El deseo de mantener una memoria nítida y resistente es universal y abarca todas las edades y estilos de vida.

Se han identificado ejercicios y actividades sorprendentemente simples que pueden estimular la vitalidad del cerebro y ayudar a preservar su agilidad, incluso a medida que avanza la edad. Con toda esta apasionante promesa esperándonos, profundicemos en estas estrategias para mejorar la memoria.

Trucos de neurociencia para mejorar la salud de tu cerebro

1) Construyendo mapas mentales

Crear mapas mentales (Imagen vía Unsplash/ Startae Team)
Crear mapas mentales (Imagen vía Unsplash/ Startae Team)

Dibujar mapas mentales puede ser muy útil para mejorar la memoria, como lo demuestran estudios con taxistas de Londres. Un requisito interesante para obtener el permiso de conducir en Londres es memorizar cerca de 25.000 calles y alrededor de 20.000 puntos de referencia. No solo crearon un atlas mental, sino que se descubrió que los taxistas tenían hipocampos más grandes, la región del cerebro responsable de la memorización.

Recordar su viaje al trabajo, organizar su vecindario en su mente o imaginar cualquier lugar familiar podría ayudar a aumentar el tamaño de su hipocampo, ¡y eso es una ganancia para la memoria!

2) Las tarjetas didácticas pueden hacer maravillas

Intente recuperar la memoria en lugar de anotarla (Imagen vía Unsplash/Kelly S)
Intente recuperar la memoria en lugar de anotarla (Imagen vía Unsplash/Kelly S)

Si bien la tecnología parece gobernar cada aspecto de nuestras vidas hoy en día, el lápiz y el papel de la vieja escuela pueden hacer maravillas con la memoria. Anota una lista de tareas, alimentos para comprar o cualquier artículo en una hoja de papel y luego ponte a prueba para recordarlos todos. No importa lo que esté en la lista: lo que importa es el acto de recordar.

3) Mantenga vivas las matemáticas

Probar diferentes ecuaciones matemáticas (Imagen vía Unsplash/ Antoine Dautry)
Probar diferentes ecuaciones matemáticas (Imagen vía Unsplash/ Antoine Dautry)

Muchos de nosotros nos despedimos de nuestros libros de aritmética después de la secundaria, pero hacer matemáticas puede convertirse en un valioso aliado para nuestra salud cerebral. Los problemas aritméticos simples realizados a diario pueden ayudar a retrasar el deterioro cognitivo.

¿Qué es más desafiante? ¡Resuelve esos problemas en tu cabeza mientras realizas múltiples tareas, como cuando cocinas o caminas!

4) Saborea tus gustos

Comer la comida adecuada para tu cerebro (Imagen vía Unsplash/Louis Hansel)
Comer la comida adecuada para tu cerebro (Imagen vía Unsplash/Louis Hansel)

Comer y cocinar alimentos puede estimular regiones del cerebro vinculadas a los sentidos. Cuando comes conscientemente, distinguiendo los sabores individuales, obtienes un doble beneficio: disfrutar de una experiencia gustativa compleja y mejorar tu memoria estimulando el recuerdo.

5) Empezar a sudar

El ejercicio diario es esencial (Imagen vía Unsplash/Kelly Sikkema)
El ejercicio diario es esencial (Imagen vía Unsplash/Kelly Sikkema)

La estimulación física y mental van de la mano. Deportes como el yoga, el golf o el tenis, que requieren tanto destreza física como agilidad mental, han demostrado un impacto positivo en la función cerebral. Por lo tanto, practicar un deporte nuevo puede ser una forma novedosa de mantener la memoria aguda.

6) Mantenlo visual

Hazlo todo visual (Imagen vía Unsplash/Patrick Perkins)
Hazlo todo visual (Imagen vía Unsplash/Patrick Perkins)

Y, por último, unas simples señales visuales pueden refrescar tu memoria. Estos podrían ser recordatorios de notas adhesivas, una cuerda alrededor de su dedo o alarmas en su teléfono.

El envejecimiento es un aspecto ineludible de la vida, pero el deterioro cognitivo no lo es necesariamente. Las actividades y hábitos aparentemente ordinarios pueden tener un impacto extraordinario a la hora de salvaguardar nuestra agilidad mental. Así que la próxima vez que estés cocinando o haciendo jogging, tomando un lápiz o agujas de tejer, o garabateando una lista de compras, recuerda: no estás simplemente pasando el tiempo. Estás mejorando activamente tu memoria y gastando dinero valioso en la salud cerebral a largo plazo.

Aunque estos ejercicios están respaldados por la ciencia, es esencial reconocer que no son una panacea. Los problemas graves de memoria requieren atención médica profesional. Además, la integración de estos ejercicios en su vida debe realizarse bajo el consejo y orientación de un proveedor de atención médica.

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