
El tema de la duración en los videojuegos puede ser bastante complejo; contrariamente a la creencia popular, más largo no siempre es mejor. Algunos géneros de juegos prosperan gracias a experiencias concisas que pueden ofrecer momentos intensos sin exigir mucho tiempo de juego a los jugadores.
Sin embargo, la tendencia actual de la industria se inclina hacia narrativas extensas, a menudo repletas de niveles abiertos, abundantes misiones secundarias y numerosos objetivos que pueden distraer del recorrido principal, en ocasiones diluyendo la experiencia general. Como entusiasta que aprecia una jugabilidad bien elaborada, este fenómeno me resulta frustrante. Por ello, me vi obligado a crear esta lista de diez títulos excepcionales que se sienten excesivamente largos.
10 Efecto masivo
Espacios aburridos

Mass Effect ocupa un lugar especial en mi corazón, aunque lo jugué mucho después de su lanzamiento. Sin embargo, es un producto de su época. BioWare buscó crear una narrativa intergaláctica más rica, lo que resultó en la adición de una gran cantidad de contenido secundario que, en última instancia, no logró mejorar la jugabilidad ni la narrativa.
Explorar planetas desolados a bordo del tosco Mako fue quizás el mayor defecto del juego, introduciendo mecánicas tediosas y paisajes monótonos. Afortunadamente, BioWare corrigió sus errores en Mass Effect 2, ofreciendo algunas de las misiones secundarias mejor elaboradas de la década, demostrando que las deficiencias anteriores valieron la pena para lograr esa evolución.
9 Borderlands 3
Tareas sin profundidad

He dedicado incontables horas a Borderlands 3 y, en general, lo disfruté; sin embargo, la campaña principal se alarga innecesariamente. A diferencia de sus predecesores, el juego ofrece una gran cantidad de contenido secundario atractivo, pero resulta en una historia principal interminable que prolonga el enfrentamiento con los Gemelos Calypso.
En un esfuerzo por expandir la narrativa más allá de Handsome Jack, Gearbox nos inundó con más misiones principales que apenas contribuyen al desarrollo de los personajes ni a enriquecer la trama. Al llegar al final, muchos jugadores podrían sentirse perdidos. Aunque sigue siendo muy entretenido, Borderlands 3 parece ser demasiado extenso en comparación con sus predecesores.
8 Darksiders 2
El chico de los recados del Apocalipsis

Los juegos de mundo abierto suelen emplear una fórmula tradicional en la que los jugadores realizan diversas tareas, un método que se ha perfeccionado en los últimos años. Sin embargo, Darksiders 2 no lo logró, ya que llegó demasiado pronto para comprender esta práctica por completo.
Aunque Death’s Journey se considera una de las mejores experiencias de hack and slash, flaquea como título de mundo abierto, caracterizado por misiones que a menudo exigen acciones repetitivas. Los jugadores a menudo se ven obligados a recolectar objetos o completar misiones que carecen de variedad, lo que empaña la jugabilidad, por lo demás estelar, y prolonga innecesariamente la aventura.
7 Metal Gear Solid 5: El dolor fantasma
Enjuagar y repetir

Sigo teniendo cariño por Metal Gear Solid 5: The Phantom Pain. Sin embargo, es difícil ignorar la duración del juego, acentuada por niveles descomunales que contribuyen a una estructura de campaña repetitiva.
Cada misión presenta una plétora de misiones secundarias, muchas de las cuales requieren tareas similares en condiciones ligeramente diferentes, lo que da lugar a una narrativa inconexa. Para descubrir la historia completa del juego, los jugadores deben sortear objetivos confusos e innecesarios que parecen redundantes, creando un bucle de juego repetitivo. A pesar de su mecánica fluida y su excelente diseño de sonido, las deficiencias estructurales del juego son evidentes.
6 Inscryption
Una ambición excesiva

Inscryption es una joya en el panorama de los juegos independientes, con cualidades que conectan profundamente con los jugadores. Sin embargo, su ambición a veces puede ser contraproducente. Si bien los primeros actos subvierten brillantemente las expectativas del jugador, esta creatividad se desvanece en el tercer acto.
Los continuos intentos del juego por sorprender a los jugadores pueden resultar en una experiencia enrevesada, con giros inesperados que, en última instancia, pueden restarle satisfacción a la resolución. La transición entre géneros —de roguelike de cartas a escape room y luego a un misterio multidimensional—, si bien innovadora, se vuelve abrumadora, resultando en una experiencia agridulce que disminuye el impacto general después de un tiempo de juego prolongado.
5 Replicante de NieR
El mal tipo de rejugabilidad

Tomar riesgos es admirable en el diseño de juegos; NieR Replicant ejemplifica esta filosofía. La rica narrativa y los personajes memorables quedan eclipsados por misiones monótonas que prolongan la duración del juego innecesariamente.
Si NieR Replicant redujera su duración a la mitad y evitara requerir que los jugadores reunieran armas excesivas, sin duda resonaría de manera más positiva con un público más amplio.
4 Príncipe Azul
Los créditos no son el final

Al llegar a los créditos de Blue Prince, es fácil sentir una sensación de logro en uno de los mejores juegos de puzles de la historia. Sin embargo, al profundizar, se revela que hay mucho más contenido por descubrir, con numerosos cabos sueltos aún sin resolver.
Esta exploración interminable requiere que los jugadores tomen notas exhaustivas, conectando diversas pistas, lo que finalmente conduce a lo que podría considerarse la experiencia de videojuego más compleja. Si bien la búsqueda de conocimiento es fascinante, puede resultar abrumadora, casi imposible para el jugador promedio continuar sin guía. Aunque es una obra maestra, el juego sin duda ofrece demasiado para algunos.
3 Anillo de fuego
Rebosante de contenido

Elden Ring es famoso por su extraordinaria escala y su mundo inmersivo, que envuelve a los jugadores en las encantadoras Tierras Intermedias. Tras dedicar 30 horas al juego, gran parte de ellas en Limgrave, la visita a Liurnia ofrece una experiencia impresionante que recuerda a los jugadores la impresionante visión de FromSoftware.
Sin embargo, a medida que la exploración continúa, la maravilla puede transformarse rápidamente en una sensación de agobio. Al llegar a la Capital Real, uno se da cuenta de que apenas ha recorrido la mitad de la narrativa principal. Encontrarse con Farum Azula provoca una mezcla de asombro y temor, revelando el gran alcance del juego y suscitando la posibilidad de una experiencia más ágil.
Con algunas áreas más refinadas y contenido densificado, Elden Ring podría consolidar su legado como un título incomparable, pero su gran extensión puede hacerlo intimidante a veces.
2 Se necesitan dos
Debería durar la mitad

Aunque It Takes Two destaca en los juegos cooperativos modernos, merece ser analizado con atención debido a su extensa duración. Los primeros capítulos introducen mecánicas innovadoras que cautivan, pero la extensa campaña puede generar inconsistencias.
Algunos capítulos, como la Habitación de Rose y El Ático, tienden a resultar pesados, lo que limita la refrescante transición de juego que se encuentra en otros niveles, mientras que otros resultan efímeros en comparación. Esta inconsistencia puede hacer que algunas mecánicas se subestimen y otras se sobrestimen excesivamente, creando una experiencia desequilibrada.
Además, la naturaleza cooperativa de It Takes Two significa que su largo tiempo de juego podría disuadir a algunos jugadores, haciéndolo menos accesible de lo que uno podría esperar, ya que requiere más sesiones para llegar a la conclusión que el juego promedio en este género.
1 El último de nosotros parte 2
Demasiadas perspectivas

Aunque personalmente prefiero The Last of Us Parte 2 a su predecesor, debo reconocer que su duración y ritmo limitan su potencial perfección. El increíble inicio establece un alto estándar, pero la historia empieza a flaquear debido a los numerosos flashbacks y los frecuentes cambios de perspectiva.
A medida que avanza la narrativa, el apasionante impulso inicial se desvanece, lo que provoca una caída de intensidad a medida que los jugadores se acercan al final. Si bien explorar las aventuras de ambos protagonistas ofrece valiosas perspectivas, la ejecución carece de cohesión. Además, la historia se prolonga innecesariamente, con un final que quizás no esté a la altura de las circunstancias después de tanta preparación.
Si se pudiera implementar un enfoque narrativo más ajustado, estoy seguro de que The Last of Us Part 2 alcanzaría una aclamación aún mayor, rivalizando potencialmente con su predecesor más compacto y eficientemente desarrollado.
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