
Es desalentador ver cómo Netflix disminuye series queridas en su afán por extender su vida más allá de un final satisfactorio. Ya sea por la avaricia corporativa, la falta de creatividad o la simple indecisión de los showrunners, el resultado siempre es el mismo: una querida favorita queda manchada, y esa decepción es irreversible.
Este sentimiento se extiende a muchas franquicias de videojuegos de renombre. La popularidad por sí sola no justifica el desdén; después de todo, ser desdeñoso por el mero hecho de serlo es un cliché trillado. En cambio, es la evidente ausencia de frescura e innovación en estas franquicias lo que genera preocupación. Estas series han tenido trayectorias notables, lo que pone de manifiesto una verdad esencial: hay pocas justificaciones para añadir más entregas. Si buscas algo innovador, considera diversificar tu experiencia de juego durante uno o dos meses antes de volver a estos clásicos.
10 Grand Theft Auto
Con una explosión

Si bien Grand Theft Auto III no creó el género de mundo abierto, sin duda sentó las bases para interpretaciones modernas. Rockstar ha producido títulos excepcionales de forma consistente desde entonces, pero su impulso disminuyó drásticamente después de Grand Theft Auto V. La larga espera por GTA VI ha transformado la identidad de la franquicia, pasando de caóticas aventuras para un jugador a un extenso sandbox plagado de crimen que recuerda a Second Life.
Considerando los amplios recursos dedicados al desarrollo de GTA VI, que podría decirse que rivaliza con la construcción del Burj Khalifa, es poco probable que Rockstar se apresure a lanzar una séptima entrega en un futuro próximo. Y, francamente, no deberían. GTA VI está llamado a ser la cumbre de la franquicia. Aunque las mejoras gráficas son constantes, la experiencia de juego promete ser inigualable dada su escala.
En lugar de preparar el escenario para otra secuela larga, Rockstar debería centrarse en ofrecer un producto final excepcional con GTA VI, que le permita consolidar su legado.
9 Los Pergaminos Antiguos
No vuelvas a comprar Skyrim

Si la demora de Rockstar en la continuación de Grand Theft Auto V parece larga, la espera de Bethesda por The Elder Scrolls VI se ha convertido en una saga digna de relatos. Lanzado en 2011, Skyrim se ganó rápidamente su estatus como un RPG de élite, ofreciendo infinitas oportunidades de exploración y aventura.
En un intento por alcanzar la perfección, Bethesda anunció The Elder Scrolls VI en 2018, pero el silencio posterior ha sido ensordecedor. La expectación se ha visto mermada, especialmente con el lanzamiento de la remasterización de Oblivion, que demostró de una vez por todas que el primero eclipsa a Skyrim en muchos aspectos.
The Elder Scrolls VI tiene el potencial de rivalizar con los avances de Oblivion, pero cumplir con las expectativas será una ardua tarea. Para los fans más fieles, quizás una adaptación moderna de Morrowind en las plataformas actuales reavive el entusiasmo.
8 Los Sims
Ahogándose en DLC

Alguna vez sinónimo de calidez y creatividad, el debate en torno a Los Sims ha cambiado significativamente con la llegada de Los Sims 4. Si bien la premisa de un simulador de vida sigue siendo encantadora, la conversación ahora gira en torno a los errores y los costos exorbitantes de los paquetes de expansión.
La transición de Los Sims 3 a Los Sims 4 no me entusiasmó hasta que me encontré jugando después de perder partidas guardadas y disfruté de sus ofertas desde su lanzamiento en 2014. La decisión de EA de hacer que el juego base sea gratuito fue una decisión estratégica para mantener la relevancia.
Sin embargo, este éxito podría haber sido contraproducente.Los Sims 4 ahora cuenta con una cantidad abrumadora de mods y expansiones que abarcan innumerables temas, lo que dificulta imaginar qué podría aportar un hipotético Sims 5, especialmente cuando muchos jugadores ni siquiera han dejado Los Sims 3. La franquicia parece haber madurado, dejando poco margen para la reinvención.
7 Far Cry
Muy lejos de sus raíces

Para apreciar plenamente el primer Far Cry, había que experimentar su impacto en primera persona. El viaje visual y narrativo con Jack Carver en un escenario sangriento con un telón de fondo tropical sigue siendo icónico. La propuesta inicial de Crytek superó su promesa de marketing, explorando temas profundos dentro de una narrativa cautivadora.
Sin embargo, ese enfoque en temas controvertidos se ha desvanecido con los años. La introducción de elementos de juego repetitivos en Far Cry 4 inició el debate sobre el estancamiento creativo, que perduró hasta la brillantez imperfecta de Far Cry 5 y la dependencia exclusiva de Far Cry 6 del poder estelar.
Dado que Ubisoft mantiene el hermetismo sobre el futuro de la franquicia, sería prudente detener cualquier desarrollo posterior. La serie, tras haber alcanzado su máximo apogeo, corre el riesgo de empañar su legado con futuras entregas.
6 Necesidad de velocidad
Demasiado poco, demasiado tarde

Hubo una época dorada en la que las luces de neón y los ritmos geniales definieron la experiencia de Need for Speed. La franquicia dominó los juegos de carreras callejeras, pero los reveses de los últimos años han erosionado su otrora sólida reputación.
Tras el desastroso Need for Speed: Undercover, EA tuvo dificultades para revitalizar la franquicia.El reinicio de 2015 resultó en una serie de juegos poco inspirados, con intentos de innovación como la integración de cajas de botín que no conectaron con los fans.
A pesar de las esperanzas depositadas en colaboraciones con Criterion Games y Codemasters, estas se vieron frustradas. Con numerosas alternativas de carreras de calidad disponibles, es hora de retirar con dignidad esta franquicia, antaño venerada, antes de que su legado sufra una mayor devaluación.
5 Efecto masivo
Por favor Andromedon, no

Mientras que otras entradas de esta lista destacan deficiencias conceptuales, Mass Effect se enfrenta a problemas sistémicos más profundos, arraigados en su empresa matriz, Electronic Arts. La actual crisis en BioWare, marcada por frecuentes despidos e incertidumbre, ensombrece el potencial de futuras entregas.
A pesar de la lucha, BioWare mantiene cierto compromiso con la revitalización de la serie, pero la perspectiva resulta abrumadora para un equipo considerablemente reducido.Los títulos exitosos de Mass Effect exigen amplios recursos y libertad creativa, una realidad limitada por las estrategias corporativas de EA.
Lo ideal sería que EA reconociera el valor de invertir adecuadamente en BioWare para producir un sucesor que valga la pena, pero probablemente sea más sensato dejar descansar la franquicia en su apogeo.
4 Final Fantasy
¿Qué tal la parte ‘final’?

El consejo de William Faulkner de «matar a tus favoritos» podría resonar en Square Enix mientras explora la franquicia Final Fantasy. Final Fantasy XVI, aunque técnicamente sólido, carece de la magia de sus antecesores clásicos.
Desde la llegada de Final Fantasy XV en 2016, los momentos más destacados de la franquicia han girado en torno a los esperados remakes de Final Fantasy VII. Cada entrega ofrece un borrón y cuenta nueva, pero las sombras persistentes de su legado impiden el florecimiento de nuevos títulos.
Cuando un juego se etiqueta como Final Fantasy, se enfrenta al peso de expectativas inalcanzables, lo que socava su reputación como título independiente. Quizás sea prudente dejar que la historia de Final Fantasy se desvanezca con elegancia, pero por favor, asegúrese de que aparezca un remake de Final Fantasy VIII antes.
3 Llamada del deber
No más tonterías tácticas

Inicialmente posicionado como una alternativa superior a Medal of Honor, Call of Duty evolucionó hacia un calendario de lanzamientos anuales similar al de las franquicias deportivas tradicionales. Si bien su debut en 2003 combinó una narrativa cautivadora con autenticidad histórica, la serie se ha transformado desde entonces en algo muy diferente.
La transición a Modern Warfare y Black Ops solidificó su popularidad, aunque la calidad constante ha disminuido desde Black Ops II en 2012. A pesar del reinicio decente en 2019, los lanzamientos posteriores no han estado a la altura.
Dado que la serie se ha centrado principalmente en el multijugador, quizás sea hora de que Activision retire el nombre Call of Duty. La consolidación de sus elementos tradicionales en Warzone podría marcar un final digno.
2 Corazones del reino
Muerte por 1000 Xehanorts

Dato: Kingdom Hearts II se erige como uno de los mejores videojuegos jamás creados. Sin embargo, en un giro decepcionante, la serie tardó 14 años en presentar una secuela carente de profundidad y atractivo.
Tetsuya Nomura es innegablemente creativo, como lo demuestran sus contribuciones a la saga Final Fantasy, pero el entusiasmo por Kingdom Hearts IV ha menguado. Tras la enrevesada narrativa de Birth By Sleep y el deslucido cierre de Kingdom Hearts 3, la expectación por la próxima entrega parece haber disminuido.
Aunque Kingdom Hearts X comenzó como una intrigante aventura para móviles, su narrativa se volvió cada vez más compleja. Fue desalentador ver cómo historias que antes eran atractivas se diluían en aras de la rentabilidad. El avance de Kingdom Hearts IV evoca un homenaje a Final Fantasy XV en el instituto, sin la grandeza que en su día definió la franquicia.
1 Assassin’s Creed
Cómo asesinar un legado

Assassin’s Creed comenzó como una exploración de la eterna lucha entre asesinos y templarios, pero desde entonces la serie ha perdido su enfoque.Cada fan tiene un momento particular en el que cree que la narrativa se desvió demasiado, con opiniones diversas sobre si fue con Odyssey o con entregas anteriores como Black Flag.
Independientemente de tu punto de vista, la franquicia ha pasado de ser una experiencia de sigilo con matices a una impregnada de mitos y fantasía. Si bien algunos títulos recientes aún conservan su mérito, la esencia de lo que hizo único a Assassin’s Creed se ha debilitado.
Tomemos como ejemplo Black Flag: ofreció una de las mejores experiencias marítimas de la historia de los videojuegos, pero marcó un cambio con respecto a los temas originales de la serie. En lugar de cultivar la rica historia, Ubisoft ha convertido Assassin’s Creed en una franquicia rutinaria similar a FIFA o Call of Duty, lanzando nuevas versiones con cambios superficiales.
Con una capacidad demostrada para crear impresionantes experiencias de mundo abierto, Ubisoft debería canalizar esa experiencia hacia la creación de aventuras históricas independientes en lugar de disminuir aún más el notable legado de Assassin’s Creed.
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