A lo largo de los años, los atuendos de las princesas de Disney han cautivado la imaginación de los espectadores, aunque algunos tienden a ser más poco prácticos de lo que uno podría esperar. Independientemente de si la presentación es en formato animado o de acción en vivo, los espectadores a menudo ven a los personajes ataviados con atuendos que se alinean con sus situaciones. Si bien la acción y el drama suelen dominar las narrativas de Disney, es desconcertante ver a heroínas vestidas con disfraces que desafían la practicidad.
El concepto de princesa Disney puede ser muy variable, ya que los personajes reciben un reconocimiento formal e informal en esta categoría. Aunque oficialmente solo hay 13 princesas Disney, con el paso del tiempo la lista se ha ampliado y ahora muchos otros personajes encarnan rasgos dignos de este prestigioso título, que trascienden su estatus real. Las princesas Disney ejemplifican el coraje, la habilidad y un compromiso inquebrantable con el heroísmo; sin embargo, sus elecciones de moda no siempre reflejan sus ambiciones aventureras, lo que a menudo las deja sin preparación para sus misiones.
10.
El traje de limpieza de Blancanieves
Blancanieves y los siete enanitos (1937)
Una de las prendas más emblemáticas es el vestido azul y amarillo de Blancanieves, que aparece en el clásico de 1937. Blancanieves es una criada que trabaja como fregona para su malvada madrastra y su bondadosa naturaleza se hace evidente cuando limpia para los siete enanitos poco después de que estos aparecen. Sin embargo, este atuendo no es nada práctico para limpiar, ya que la tela de color amarillo brillante tiende a ensuciarse fácilmente, especialmente en una cabaña polvorienta.
Curiosamente, rara vez se ve a Blancanieves con ropa diferente a pesar de las obvias limitaciones de su vestido. Si bien la falda suelta es visualmente impresionante, se engancha en las ramas mientras escapa del Cazador, lo que indica una necesidad urgente de un cambio de vestuario. Queda por ver si las próximas adaptaciones de acción real abordarán estos problemas de vestuario, pero se puede esperar que haya opciones de vestuario más diversas.
9.
El atuendo de jungla de Jane
Tarzán (1999)
En la adaptación de Disney de Tarzán de 1999, Jane encarna a la exploradora poco convencional. A pesar de su importante papel, no está clasificada oficialmente como princesa Disney. El vestido amarillo de Jane, apropiado para la época y al mismo tiempo gracioso y poco práctico, complica sus intentos de estudiar a los gorilas en la jungla. Con un vestido pesado, guantes y un paraguas, sus dificultades son evidentes mientras se las arregla para sortear las limitaciones de su atuendo.
Aunque finalmente se pone ropa más adecuada, la elección inicial resulta desconcertante dada la intención de la trama. Si bien el contexto es históricamente preciso para fines del siglo XIX, la vestimenta de Jane no se alinea con la realidad de sus alocadas aventuras.
8.
Los zapatos de cristal de Cenicienta
Cenicienta (1950)
Incluso los espectadores más jóvenes pueden reconocer la naturaleza inverosímil de los zapatos de cristal de Cenicienta. Aunque fueron creados por la magia de su hada madrina, la fragilidad inherente del vidrio hace que estos zapatos sean poco prácticos. El zapato que Cenicienta pierde en el baile real de alguna manera sobrevive a una salida apresurada sin una sola grieta, un milagro considerando el material del que está hecho.
Además, la zapatilla mágica que le sienta a Cenicienta a la perfección plantea dudas sobre la verosimilitud de este atuendo encantado. Siendo realistas, el cristal es un material poco adecuado para el calzado, ya que no ofrece agarre al caminar. Los espectadores se preguntan cómo consigue Cenicienta atravesar el palacio sin tropezar, lo que demuestra el realismo mágico de la película.
7.
El vestido largo verde de Mérida
Valiente (2012)
En Brave, Mérida se distingue por su diseño único, aunque su vestido largo verde podría ser más práctico. Si bien su atuendo permite cierta libertad de movimiento, se vuelve engorroso durante la equitación y otras actividades aventureras. Durante una escena crucial, su falda larga casi hace que se resbale en un acantilado, lo que ilustra los posibles peligros del vestido.
Además, las frías Tierras Altas de Escocia requieren prendas que proporcionen un verdadero abrigo. Aunque el vestido de Mérida es encantador, no cumple con las exigencias del entorno. Aunque la prenda no obstaculiza mucho su agilidad, plantea dudas sobre su utilidad en su búsqueda de independencia.
6
El vestido de novia de Giselle
Encantada (2007)
Aunque Giselle de Enchanted no es considerada oficialmente una princesa Disney, su personalidad casi real estableció un estándar para los personajes femeninos dentro de Disney. Tras su inesperada llegada al mundo real, el voluminoso vestido de novia de Giselle parece ridículo en medio del caos de Times Square. El hecho de que siga usando el vestido, a pesar de su impracticabilidad, plantea preguntas sobre cuán apropiado es mantener ese atuendo en un entorno urbano.
Como era de esperar, las experiencias de Giselle en la ciudad se complican cuando, sin darse cuenta, arrastra su elaborado vestido por la suciedad y la mugre de Nueva York. Mientras intenta limpiar el apartamento de Robert mientras aún lleva puesto su vestido de novia, el irónico telón de fondo resalta las disparidades entre sus orígenes de cuento de hadas y las realidades urbanas.
5.
El vestido de hielo de Elsa
Frozen (2013)
Elsa, la reina real de Frozen, deslumbra en la pantalla con su famoso vestido de hielo. Si bien afirma que el frío no la afecta, la ejecución de su atuendo a base de hielo plantea desafíos. El vestido, la capa suelta y el conjunto en general plantean preguntas sobre su peso y movimiento. No está claro cómo Elsa se las arregla para sortear las peleas sin tropezar con su capa suelta, una hazaña que parece casi milagrosa.
Durante las escenas intensas, Elsa se enfrenta a obstáculos que enfatizan aún más el diseño inusual de su vestido; lucha por correr y evadir el peligro, a menudo tropezando debido a la naturaleza engorrosa de su traje. Aunque su vestido simboliza sus poderes, su diseño práctico deja mucho que desear.
4
El primer vestido de Elizabeth Swann
Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (2003)
Elizabeth Swann, interpretada por Keira Knightley, suele llevar ropa adecuada para la aventura en alta mar. Sin embargo, su primer atuendo en Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra es poco práctico, en particular por la forma en que limita sus movimientos. El corsé, un detalle histórico, finalmente la lleva a desmayarse y a sumergirse en el océano, lo que muestra los peligros de las elecciones de moda poco realistas.
Las elaboradas capas de ropa y los incómodos zapatos de Elizabeth complican su ya difícil situación, ya que estos añadidos pesan mucho durante su rescate submarino. Sin la oportuna intervención de Jack Sparrow, Elizabeth se habría enfrentado a un destino terrible, lo que ilustra cómo la moda puede dificultar la supervivencia durante las aventuras.
3.
El atuendo playero de Mia
El diario de la princesa (2001)
Aunque Mia Thermopolis de El diario de la princesa no es oficialmente una princesa Disney, encarna el título de Princesa de Genovia. Su atuendo para la fiesta en la playa, una combinación de un suéter violeta y una falda verde corta, captura la estética de principios de los años 2000, pero plantea preguntas sobre la practicidad de sus elecciones. Los observadores podrían preguntarse cómo su falda se las arregla para mantenerse en su lugar en medio del caos de los paparazzi.
Las chancletas de Mia también dan lugar a momentos cómicos mientras lucha por escapar, lo que demuestra que es consciente de las deficiencias de su atuendo. Sin embargo, su viaje continúa y la expectación por su evolución en la moda en El diario de la princesa 3 aumenta la emoción que rodea a su personaje.
2.
El atuendo de escape de Jasmine
Aladino (1992)
El traje de escape de la princesa Jasmine en Aladdin puede ser adecuado para el clima, pero no es suficiente como disfraz. Su larga túnica marrón ofrece un camuflaje mínimo y no logra ocultar su identidad a los guardias. El hecho de que el conjunto no oculte su apariencia representa un gran paso en falso para Jasmine en su intento de mimetizarse entre la gente común.
A pesar de sus opulentos y característicos accesorios y su característica diadema que la identifican inmediatamente como miembro de la realeza, las decisiones de Jasmine tienen consecuencias imprevistas. Su decisión de revelar su identidad quitándose la bufanda sugiere un error de juicio, lo que socava sus esfuerzos por permanecer discreta.
1
El vestido improvisado de Ariel
La Sirenita (1989)
El vestido improvisado de Ariel en La Sirenita es tan divertido como poco práctico. Al salir a la superficie, Ariel se encuentra sin ropa y depende en cambio de una vela de barco y una cuerda para su nuevo aspecto. Esta interpretación humorística de la moda humana plantea una representación divertida pero poco realista de la vestimenta humana.
Aunque a Eric le puede parecer encantador su vestido, los espectadores solo pueden especular sobre lo confundido que estaría realmente. A Ariel le cuesta manejar la incómoda tela mientras intenta realizar movimientos básicos, y le resulta un desafío incluso treparse a las rocas. Su alegría al probarse el vestido es palpable, pero resalta lo poco práctica que es realmente su elección de moda.
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